jueves, 3 de diciembre de 2009

EL FISCAL QUIERE MÁS PODER; EL MINISTRO, DERRIBAR "MUROS" CON INTERNET


MÁS PODER SIN RESPONSABILIDAD Y MÁS PROPAGANDA PARA BOBOS


El 1 de diciembre de 2009, saltaba la noticia: el Fiscal General del Estado (FGE), D. Cándido Conde Pumpido, nos aleccionaba como él sabe hacerlo. España -dijo- tiene que aspirar a «un nuevo proceso penal digno de una democracia avanzada». Y toda la prensa destacaba que la "modernidad" y el avance "pasan", según el FGE, por un modelo que esté «a la altura» de países como Colombia, Costa Rica y Chile.

"El fiscal general -seguimos leyendo- no explicó por qué tiene la vista puesta en esos modelos, sino que se limitó a aseverar: «Sé muy bien lo que digo», y señaló a la vez que nuestro país puede «aspirar legítimamente» en cuestiones penales a la «homologación con los estados europeos» del entorno. No se pronunció sobre cuál de las opciones sería más deseable."

"Las revelaciones de Conde-Pumpido no terminaron ahí e insistió en el «compromiso con el futuro» de la Fiscalía General del Estado y de todos los fiscales para alcanzar ese virtual modelo de proceso penal, «el verdadero punto de destino al que tiene derecho toda la sociedad española, una aspiración pendiente desde hace décadas».

"Se refería Cándido Cónde-Pumpido a las reivindicaciones de los fiscales de convertirse en parte investigadora en la instrucción de los procedimientos, en lugar de los jueces, como ocurre en la actualidad. Un modelo, ese sí, implantado en varios países del entorno, informa Ep, por lo que en este apartado no precisó si hay que equipararse a Costa Rica."

"Conde-Pumpido hizo estas declaraciones durante la presentación, junto con el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, de la nueva web del Ministerio Fiscal «www.fiscal.es», un intento de acercar el Ministerio Público a los profesionales del derecho, los ciudadanos y los medios de comunicación. Esa es al menos la aspiración."

"El nuevo portal de la Fiscalía, según explicó el ministro de Justicia, es una importante herramienta para acercar la Justicia a los ciudadanos, dentro del proceso de modernización en el que está inmerso el Ministerio Público. Esta herramienta, dijo, viene a concluir con el «derribo virtual de los muros oscuros y espesos que durante más de cien años habían preservado esta institución de la cercanía de los ciudadanos».

"Caamaño recordó la importancia de las actuaciones de los fiscales en asuntos como la corrupción, en cuya lucha, dijo han conseguido «importantísimas mejoras» y aseguró que el número de fiscales seguirá creciendo porque serán ellos quienes permitan el pleno desarrollo de la legislación procesal y penal."

Tres consideraciones sobre esta noticia me parecen necesarias:

1ª) Conde Pumpido bien podría haber mirado modelos no transoceánicos. Quiero mucho a Colombia, Costa Rica y Chile, lo mismo que a Méjico. En Colombia editaron mi traducción del clásico de STEIN, El conocimiento privado del juez. En Chile y en Mejico he publicado hace poco sendos libros y varios artículos sobre temas procesales, incluido el del Ministerio Fiscal. (Si les interesa lo del MF en España no tienen más que usar de este “link” http://www.bibliojuridica.org/libros/6/2564/11.pdf.  Es mi contribución a los Estudios en homenaje a Héctor Fix Zamudio, México D.F. 2008). Pero me parece absolutamente objetivo afirmar que Chile acaba de salir de un proceso penal inquisitivo y que Colombia, donde viví casi dos años inolvidables, no es el mejor ejemplo posible. Costa Rica es un pequeño y pacífico país, muy diferente de España (en muchos aspectos, para ventaja de ellos). Y en Méjico, la Procuradoría General de la República (PGR) es algo sumamente distinto del Ministerio Fiscal (MF) español: la PGR es el equivalente a nuestro Ministerio de Justicia (que en México no existe), al Ministerio Fiscal y a la coordinación de la lucha antidroga (para que se hagan una idea: hace dos años, la PGR disponía de más de ciento cincuenta aviones propios). Pero no sólo es distinto, sino que el proceso penal mexicano (o, para ser exactos, la Justicia penal mexicana, con sistemas y procesos diferentes en cada Estado, más una Justicia federal) se encuentra en trance de revisión total, con opiniones encontradas respecto del papel del Fiscal, opiniones perfectamente respetables en la medida en que las sostienen juristas sin intereses político-partidistas. Coinciden, no obstante, unos y otros, en la necesidad de despolitizar la PGR si se quiere progresar de veras. La misma preocupación sienten en Chile, donde reina un envidiable clima general de seriedad jurídica, pese a una notable propensión oficial a la imitación de lo estadounidense, que en Méjico también es palpaple y que se explica -no justifica- por presiones de distinta naturaleza.

Es un poco extraño que Conde Pumpido no se refiriese a Alemania, al Reino Unido o incluso a Italia. Puede ocurrir que se encuentre incómodo en el ámbito europeo (por lo de los idiomas, p. ej.) y mucho más cómodo en la antigua Hispanoamérica, hoy Latinoamérica o Iberoamérica (a mí me importa muy poco la denominación que se use). Comprendo perfectamente las preferencias de Conde Pumpido, pero no son justificación para ignorar los datos europeos, limitándose a una tópica y acomplejada referencia, de pasada, a nuestra "homologación" con "los Estados europeos", como si no fuésemos, desde hace siglos, uno de esos Estados y de los primeros. Pero también puede ser que el actual FGE español prefiera no hablar ahora casi nada de Europa a causa de la enorme polvareda que en Francia está levantando el intento de Sarkozy de eliminar por completo al Juez instructor, independiente, en beneficio del “parquét”, como designan en Francia a la Fiscalía, controlada por el Gobieno. Y la polvareda la levantan, oponiéndose, los sindicatos de jueces, los ex-ministros de Justicia y otras personalidades de gran relieve (no precisamente reaccionarias ni cavernícolas), porque, con mucho motivo, entienden que la eliminación total del Juez instructor supondría la impunidad de los delincuentes políticos o con apoyos políticos. En los últimos meses, “Le Monde” no deja de publicar artículos, reportajes, estudios, etc. sobre el asunto.

¡Claro está que Conde Pumpido sabe “muy bien” lo que dice! Quiere poder y control de los procesos y control de que, en ciertos casos, no haya procesos. ¡Menudo poder!

2ª) Tal como está el Ministerio Fiscal en España (sin que se aviste un horizonte de cambio), conferirle la dirección de la instrucción, a lo que se añadiría la acusación, sería dejar la persecución de la criminalidad enteramente en manos de las fuerzas políticas dominantes. Nos aproximaríamos muy peligrosamente, además, al modelo USA en cuanto a desprotección del presunto delincuente que no goce de importantes recursos económicos y, por si fuera poco, el MF camparía por sus respetos sin la responsabilidad política, directa o indirecta, que recae sobre un Fiscal USA.

Aquí, en España, el MF empieza a tener más poder que los jueces y muy parecida inamovilidad, pero a los miembros del MF apenas (muy a duras penas, en un punto muy próximo a la imposibilidad) se les puede exigir responsabilidades, empezando por las penales. Los jueces y magistrados pueden prevaricar. Pero los Fiscales, no. Está rigurosamente inédita la responsabilidad penal y civil de los Fiscales en casos de acusaciones desprovistas de mediano fundamento y que desembocan en absoluciones (a veces de todos los acusados en un mismo proceso) y está igualmente inédita la responsabilidad civil en esos mismos casos. Y también es vano el intento de exigir a los Fiscales responsabilidad alguna cuando no acusan aunque haya suficientes elementos incriminatorios o cuando acusan sin sujetarse a la ley.

Son ya muchos los ciudadanos absueltos tras haber pasado años estigmatizados socialmente (a veces, arruinados económicamente) con la llamada “pena de banquillo” (la permanencia en el “banquillo” virtual, como acusados, durante años) Más aún, no son rarísimos, sino alarmantemente numerosos, los casos en que, tras estigmatizar y hundir a unas personas mediante su imputación penal, no existe por el Ministerio Fiscal la menor prisa en llegar a juicio: así dura más, con sus gravísimos efectos, la “pena de banquillo”, que es lo que les interesa. En los últimos meses, no pocas personas han sido detenidas bajo focos y micrófonos (¿quién les avisó?) por la sola iniciativa de la Fiscalía y, una vez bajo la autoridad judicial, se han visto rápidamente exonerados, aunque el daño estaba ya hecho…con una escandalosa impunidad. Item más: son muy fundadas las sospechas de que en determinadas Fiscalías, como la "anticorrupción", infringen su Estatuto y la Ley de Enjuiciamiento Criminal al no observar el secreto del sumario.

Por todo esto, insisto ahora en que ninguna reforma relativa al MF resulta aceptable en España si no es precedida de ésta: unas normas nuevas, muy claras y efectivas, sobre responsabilidad penal y civil del MF (de la disciplinaria nos podemos olvidar, porque entre Fiscales es irrisoria). Nada se puede innovar con decencia en cuanto al MF (y menos aún en la línea de aumentar sus poderes) sin establecer esa clara responsabilidad.

3ª) No está mal que haya una “web” sobre el MF en España: www.fiscal.es. He entrado en ella y, como era de esperar, lo que hay es propaganda. Pero constituye una insufrible tomadura de pelo o una burla cruel a la ciudadanía hablar de “los muros oscuros y espesos que durante más de cien años habían preservado esta institución de la cercanía de los ciudadanos", como si ése fuese un gran problema del MF. Hacer una página “web” con unas cuantas informaciones y unos cuantos enlaces está al alcance de cualquiera, pero no por eso mejora un ápice la realidad que la “web” publicita, en este caso, el MF. Este Ministro no debe saber mucho de informática ni de internet cuando habla como si creyese que informatizar bien es pan comido y como si la informática e internet careciesen de problemas e inconvenientes. La apelación a la informática y a internet (que luego no va acompañada de buenos resultados) es mera propaganda para bobos o ignorantes. Hay, sí, unos muros, muy espesos y muy oscuros, pero son los que sirven de refugio al FGE y a bastantes Fiscales (no a todos, los hay trabajadores, concienzudos e insobornables: éstos últimos sin futuro dentro de la Fiscalía, eso sí) frente a la rendición de cuentas claras y a la exigencia de responsabilidades.

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